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14 OCT 2020

EL EGIPCIO Y EL CHOQUE CON LA CULTURA DE TRABAJO JAPONESA (Hands on)

Este artículo está relacionado con una historia real entre una persona brillante (egipcio), catedrático de la Universidad del Cairo, con estudios de doctorado ya muy avanzado, en la misma universidad. Su pasión por la aeronáutica, lo hizo especializarse en el desarrollo de máquinas de combustión continua usadas en aviones de combate de su país. Su propósito era construir un “mejor motor” para aviones de combate.

Por su carácter y formación de investigador, obtuvo una beca de estudios para terminar su doctorado en la Universidad de Hiroshima, Japón, en la cual llevaría a cabo el desarrollo de diferentes “artículos internacionales” para obtener su PhD (Philosophical Doctor) y regresar a su Universidad 5 años después.

Sin ningún conocimiento de la cultura japonesa ni del idioma japonés, él llega con su esposa e hijo a la ciudad de Hiroshima a integrarse directamente a la Universidad, para continuar su doctorado. El idioma inglés era el vehículo de comunicación entre su profesor (sensei) y él. Él hablaba un excelente inglés.

Generalmente, los que hemos estudiado en Japón, primeramente, pasamos por un proceso de aprendizaje del idioma japonés en la Universidad de Estudios Extranjeros de Osaka, la cual integra la cultura durante el estudio del idioma.  Este periodo de tiempo es de 6 meses, en los cuales, te vas integrando y aclimatando y ya a los seis meses dominas de una forma básica y fluida el idioma y además conoces parte de la cultura. Estos 6 meses son “muy intensos” y ahí se va uno dando cuenta de los “tremendos retos” que tiene Japón para estudiar y/o trabajar (iniciando con el idioma japonés).

Volviendo a la historia, esta persona llega a la Universidad de Hiroshima y vive al principio una “luna de miel”, (bueno…aquí le decimos beca, en las empresas) primeramente, apoyándolo su tutor asignado que era un PhD, para conseguir un apartamento, amueblándolo e integrando a la esposa a diferentes actividades para su estancia en Japón. Realmente, toda esta preparación lleva tiempo ya que se inicia desde “cero”, para poder ya empezar a tener una vida de familia, en una cuidad nueva para ellos y de universidad para él.

Esta persona, después de 2 meses se integra a la Universidad, a la Facultad de Ingeniería y al Laboratorio de Combustión Continua. Yo conocía a su profesor muy bien, había sido uno de mis profesores en la maestría y hablaba un excelente inglés. Él era muy reconocido en Japón y a nivel mundial, por sus investigaciones en “Combustión Continua”. Yo ya estaba en el 3er año de mi estancia en Japón y mi japonés era ya muy bueno y nuestra comunicación era solamente en japonés.

El egipcio trataba de comunicarse en inglés con el personal de su laboratorio, pero él no les entendía el inglés a ellos y los japoneses no le entendían el inglés de él. Un gran problema de comunicación, para una persona “brillante”, académicamente hablando.

Hasta aquí todo bien, el problema de comunicación con el idioma no era la “barrera principal” pero si una gran área de oportunidad. Poco a poco tenía que ir aprendiendo el idioma y aclimatándose.

¡Yo sabía que el “gran choque” para el egipcio iba a llegar y estaba por iniciar!

La “luna de miel” para él continuaba. Al inicio en la universidad, él se la pasaba en la “Biblioteca de Abstracts”, increíblemente una gran área donde se encontraban todos los grandes volúmenes de documentos abstracts (un abstract, es decir, un condensado) de los artículos desarrollados a nivel mundial de cualquier especialidad en ingeniería.  Claro, había otra gran Biblioteca donde podía obtener los documentos o artículos oficiales de las investigaciones realizadas. Si el articulo no se encontraba en la Universidad, se solicitaba a cualquier universidad en el mundo, ya sea de USA, Alemania, China, Inglaterra, Rusia, Francia, etc.

Una vida de “investigación pasiva”, solo de estudio, asistiendo también a clases y/o convenciones, con profesores muy renombrados de la Universidad y de Japón.

El no sabía que esto era solo la preparación (Pre-kaizen) y que el “Mega-Kaizen” estaba por iniciar.

Ya habían pasado tres meses y la “luna de miel” (beca) estaba por terminarse.

Un día, en la tarde/noche, un estudiante de doctorado llegó corriendo a mi laboratorio y me comentó que lo acompañara al Laboratorio de Combustión Interna, ya que el Sensei Nakayama me solicitaba urgentemente porque se le había presentado un problema de interpretación de idioma con el egipcio, (del inglés del Sensei, con el inglés del Egipcio). ¿Como?, pensé. Los dos hablan excelente inglés.

Al llegar al “laboratorio” (genba, el piso de operación), la comunicación estaba en un “punto muerto” y con el egipcio muy agitado. El Sensei y el egipcio habían llegado a un punto de “no entendimiento” y se estancó la conversación entre ellos. El Sensei hizo el “switch” conmigo hablándome solo en japonés, explicándome el problema (el egipcio no entendía nada).

Desde que llegué al laboratorio donde estaban (genchi genbutsu), inmediatamente me di cuenta de la situación. El “Laboratorio” asignado para esta persona era una especie de “Gallinero”, una nave fea con techo de lámina, piso de tierra, vidrios rotos, sucio, y todo lo feo que ustedes se puedan imaginar y sin nada de nada adentro, nada. Era una nave de algunos 6 mts de ancho por 15 mts de longitud. (el típico gallinero).

 ¡Ese era el “laboratorio” asignado al egipcio! Él se sintió muy indignado y había tomado la decisión de volver inmediatamente a Egipto y reportar a su Universidad la falta de respeto del Sensei Nakayama y de la Universidad de Hiroshima.  ¡Era inconcebible y denigrante para el! Le estaban violando su estatus de investigador y de maestro en la universidad del Cairo. Tenía cierto prestigio.

Este sistema ya lo conocía, yo había pasado por el también, pero yo estaba en un proceso de que “veía el aprendizaje”, lo que estaba detrás de ese escenario patético.

El Sensei me dejo solo con el Egipcio (el sensei ya tenía 2 horas con el) y “mi misión” se convirtió en explicarle el tipo de aprendizaje que iba a tener y que era “invaluable”, de un muy alto “valor agregado” y de cómo iba a aplicar la cultura de “aprender haciendo”, el hands on. Estuvimos 4 horas, incluyendo una cena en su apartamento con su esposa y su hijo, explicándole a ella también este tipo de cultura y aprendizaje. La esposa fue muy positiva y receptiva. Él quería regresarse el siguiente día.

Tenía yo todos los comentarios del Sensei Nakayama con él, es decir, le explique de nuevo, que el tenía asignado un prepuesto asignado para su proyecto, un equipo de trabajo que incluía estudiantes de doctorado, de maestría y de licenciatura a su cargo y él como jefe del proyecto. En total, 8 personas a su cargo para desarrollar las investigaciones correspondientes. Lo más difícil fue lo siguiente: (ya estaba yo preparado)

Lo mejor estaba por iniciar:

El siguiente día, nos vimos en el “Gallinero” (genba), él estaba con el Sensei “en punto muerto” otra vez. El egipcio estaba más “desesperado” preguntando en una forma muy seria y enfática, …. que donde estaban todas las turbinas y/o equipos donde se iban a hacer las investigaciones para la creación de los “papers internacionales”. El Sensei sonrió y le dijo directamente:  NO EXISTEN LAS TURBINAS”. ¡TU Y TU EQUIPO LAS VAN A CONSTRUIR! Ya se estaba desesperando el Sensei Nakayama. Tienen unas grandes características en la cultura japonesa: EL RESPETO Y LA HUMILDAD.

El egipcio casi se desmaya con la respuesta por lo molesto que estaba. El egipcio no entendía eso y se preguntaba “porque había ido a Japón?”. ¡No era lo que esperaba! Hablaba ya muy fuerte y se sentía ofensivo.

Pero en la cultura japonesa no existen las coincidencias y menos las improvisaciones, todo se lleva a cabo con una planeación estricta y “just in time”.

En ese momento, llegan todos los integrantes del equipo del egipcio, con palas, picos, barras, carretillas, materiales de construcción, tubos de diferentes diámetros, (para la turbina), máquinas de soldar eléctricas, de oxígeno/acetileno, máquina de cortar tubos… etc. En fin, todos los materiales necesarios para iniciar la construcción de las Turbinas de avión “desde cero”.  Esto era lo que estaba atrás de esta magnífica cultura. El Crear, el aprender haciendo, el Genba, el Genchi Genbutsu, el trabajo en equipo, “El Gallinero” se iba a convertir en un gran “centro de investigación”.

El egipcio estaba en “conmoción o shock”, pensando, meditando, nervioso, riéndose. Le estaban demostrando que se tenían que meter a los entresijos” de esta tecnología, con todo el apoyo de su equipo, de su tutor y de su Sensei. ¡No iba a estar solo!  

Si el decidía continuar, le esperaba un trabajo 100% “hands on” en el Genba. ¡Muy intenso!

La sorpresa fue que al día siguiente llegó a la Universidad comunicando que había decidido continuar con su doctorado. Hubo una semana de planeación para construir los cimientos donde iban a colocar la 1ª turbina. Después, él tomó la barra y el su equipo empezaron a escarbar alrededor de un metro de profundidad el área para hacer los cimientos, con varilla y hacer el vaciado para el piso. Lo vi trabajar así por 6 meses, desde los cimientos hasta la construcción de una turbina, día a día, a veces sin avanzar o corrigiendo trabajos de días pasados. Nunca estuvo en su escritorio, siempre con su equipo de trabajo. Había ocasiones en que no salía de la universidad por 3 días, debido a que a veces tenían que hacerlo de acuerdo con los atrasos en su programa de trabajo. Tenían que presentar avances en su proyecto en reuniones mensuales ante el comité de Senseis de Doctorado.

A los 9 meses de haber llegado a la Universidad, era impresionante su Centro de Investigación de Turbinas de avión, era un área completamente tecnológica, haciendo diferentes pruebas en diferentes turbinas. Era un área de tecnología avanzada que, ya que empezó a trabajar, se lograba producir un artículo (paper) cada mes, para presentarlo a los comités de evaluación internacionales para aclarar dudas, correcciones o el proponerlo para su publicación.

De sus artículos de doctorado, su equipo de trabajo, con estudiantes de doctorado, de maestría y licenciatura, se desarrollaba también toda la información para las tesis de todos ellos.

Una experiencia impresionante en cómo se desarrolla la ciencia en las universidades en Japón. El grado de profundidad en los estudios, pero sobre todo en la ejecución, lo llevan a un detalle superior, eliminando toda improvisación. No existe ni se permite la improvisación, no “toman atajos” con el fin de obtener las cosas más rápido. Prefieren tomar el tiempo normal que se llevan los procesos antes que improvisar.

Esta es una gran historia de éxito, de como con la adecuada mentalidad, ninguna cosa es imposible. En una cultura muy diferente como la japonesa, tenemos que desarrollar habilidades que creíamos no teníamos. Tenemos que “ver lo que no se ve” en condiciones normales. La curiosidad es muy importante.

Nuestra cultura en Latinoamérica nos ha llevado a pensar que, posiciones directivas en una empresa, con un grado universitario, maestrías y doctorados, tenemos el derecho de “delegar” en empresas e instituciones y a no “meter las manos” en nuestro trabajo ni en nuestros proyectos. Somos un pueblo en el que el “estatus” lo ponemos por delante, iniciando con los títulos tan “rimbombantes” en las tarjetas de presentación, puros “títulos de papel”. Estoy incluyendo a todas las posiciones de poder en la organización, en el que “siempre” tenemos a alguien para delegarle una tarea o función nuestra.

La cultura del “hands on”, “aprender haciendo” y de “genba” no son muy admitidas en nuestra forma de trabajo. Alguien dijo por ahí que nos hemos ido acostumbrando a la “cultura del mínimo esfuerzo”.

La mayoría de los países desarrollados tienen en común la cultura que les comento en el párrafo anterior. Adquieren grandes habilidades hombres y mujeres que los hacen muy valiosos. La “improvisación y el tomar atajos” está fuera de su cultura.

Termino el articulo compartiéndoles lo siguiente: Al contratar puestos directivos o gerenciales en empresas en Japón, los contratados llevan a cabo un entrenamiento en el “Genba” por 6 meses, ocupando posiciones de operadores, para así “tocar y fabricar” con sus propias manos los productos de la empresa. Después de terminar con el entrenamiento, ocupan la posición para el cual fueron contratados. O sea, la mejor forma de capacitar a una persona es “aprender haciendo”. Ellos siempre están en genba después, apoyando a la gente operadora.  

En referencia a la historia anterior, culturalmente tenemos una “brecha” entre nuestras culturas y la japonesa, que la podemos cerrar si cambiáramos ciertos hábitos personales y de trabajo. Estos hábitos culturales nos han estado “inhibiendo” nuestro aprendizaje y nuestro desarrollo, que “no lo vemos” pero estan ahí, esperando a que nos deshagamos de ellos o los cambiemos.

Lo explicado anteriormente es parte de lo que esta “atrás” al aplicar una cultura como Lean o TPS y después no nos explicamos como la cultura Lean falla en las organizaciones, si estamos seguros de que estamos haciendo las cosas correctas. La aplicación de Lean falla más del 90% de las veces en las empresas, por lo que he comentado anteriormente, nuestra forma de pensar y actuar es diferente.

Espero que este artículo sea de interés y utilidad para ustedes y además una “fuente de inspiración” en lo personal, familiar y de trabajo.